Y es que Will, cincuentón, cornudo, con un millonario prepotente como jefe y un protegido capullo y envidioso... comienza a experimentar serios cambios físicos y de comportamiento (sí, lo del "Presidente del Club del Crecepelo por méritos propios" es un buen punto).
Ésto genera una estupenda dosis de subida de autoestima en nuestro protagonista, una mejora de sus sentidos y de su cuerpo... y que descubra que su mujer se acuesta con Stewart Swinton, su protegido y el malo de turno de la película.
Y, por supuesto, Will está muy cabreado y hará lo que sea por hundir al tipo que le robó la mujer y el puesto de trabajo.

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